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EL DILEMA DE LAS DIETAS
Estamos en un momento en que todo lo que consumimos nos genera duda y desconfianza. En Internet y redes sociales constantemente nos sentimos sobresaturados de información que nos habla de lo que se debe comer y lo que se debe cortar de raíz en nuestra dieta.
Entre todo este despliegue de información las personas suelen dejarse llevar por influenciadores, marcas y personas reconocidas para guiarse por sus testimonios y recomendaciones. Sin embargo, todo esto tan solo genera más confusión y decisiones equivocadas, pues cuando se trata de la salud es importante guiarse por fuentes oficiales, nuestros doctores de cabecera y personas con voz profesional frente al tema.
Puede que ciertos alimentos no sean tan recomendables en nuestra dieta diaria pero, antes de seguir las tendencias de moda, es mejor escuchar nuestro cuerpo, ser balanceados y no tomar medidas arbitrarias.
Cuando hablamos de escuchar nuestro cuerpo, es porque tenemos una máquina poderosa y sabia que muchas veces nos manda señales y alarmas para tratarla de mejor manera. Esto es una forma muy natural e intuitiva que nos evita, incluso, tener que tomar medicamentos que tienen otras contraindicaciones. Un hábito recomendable es empezar a detectar qué alimentos ingerimos y nos causan algún tipo de malestar en cualquier aspecto físico, esto es una tarea de paciencia, de prueba y error, y de tiempo. Sin embargo, los resultados pueden ser muy esclarecedores.
El propósito no es suprimir grupos alimenticios, sino alimentos puntuales que no nos ayudan a tener una buena salud gastrointestinal. De igual manera, no podemos dejar de consumir alimentos del grupo alimenticio porque estaríamos descompensando el cuerpo y desequilibrando su maravilloso potencial.
Ser balanceados hace parte de lo anteriormente dicho, dado que las vitaminas necesitan de grasas, carbohidratos, proteína para ser mejor digeridas y cumplir con su rol en nuestro organismo. Así que no podemos caer en la obsesión del peso cuando nuestra estructura interna no está fortalecida. Recordemos que el peso no es tan certero como lo son otro tipo de métricas como la masa muscular, el porcentaje de grasa, los niveles de minerales y vitaminas que tenemos. Tengamos presente que la balanza nos informa que debemos estar en un peso acorde a nuestra estructura ósea, nuestra altura y nuestra actividad física.
Claramente todo trasciende más allá de la cultura “Fit”, actualmente lo que nos importa evitar son los alimentos empacados, procesados, que tienen químicos, pesticidas o son genéticamente modificados. También existe el gran debate del consumo de carnes, lácteos y azúcares. Aunque no debemos tomar medidas arbitrarias, y si tenemos dudas, consultar a un nutricionista que nos pueda guiar frente a nuestras metas, expectativas y creencias.
No anulemos ni entremos en paradigmas propiciados por el consumo masivo, dejémonos guiar por nuestra intuición y documentémonos de manera correcta antes de tomar medidas drásticas que nos puedan llevar a una mala decisión para nuestro futuro.
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